PREHENDERÉ. Primer análisis: organización

Ahora que ya tenemos todos los datos reunidos y estructurados tras el trabajo de campo, ¿qué hacer, por dónde empezar…?, pues por un primer análisis que nos ayude a estructurar y organizar el proceso de extracción de conclusiones válidas.

       Vistas en conjunto las hojas de datos con los años de nacimiento se nos hace algo extraño identificarlos con nuestros compañeros de centro, por lo que decidimos agruparlos en una tabla por niveles para que podamos tener una imagen más uniforme y familiar de los resultados obtenidos.

En la siguiente imagen recogemos los años de nacimiento con las equivalencias académicas por niveles de los distintos grupos de nuestro centro, lógicamente los años en algunos casos, por diferentes motivos, no se corresponden, pero nos ayudan a configurar mejor el análisis de los resultados.

1º E.S.O.	2010
2º E.S.O.	2009	1º PEMAR
3º E.S.O.	2008	3º DIVER
4º E.S.O.	2007
1º Bachillerato	2006	1º FPB	1º CFGM
2º Bachillerato	2005	2º FPB	2º CFGM

Observando las hojas de cálculo en las que hemos ido vertiendo los datos recogidos en el proceso del trabajo de campo, vemos que obviamente tenemos que “despreciar”, que como suena mal así reflejado, diremos mejor, descartar, los registros, que aunque escasos existen, de aquellos alumnos nacidos en años correlativos a los mayores considerados, son los correspondientes a 2004, 2003 y 2002.

Y también dejaremos en el cajón del recuerdo, aquellos pertenecientes a quienes han optado por continuar su formación tiempo después de sus años estudiantiles, en concreto nos referimos a los nacidos en 1996, 1995 y… allá por 1983.

Una vez clarificado nuestro ámbito de actuación, concretados los niveles de estudio y centrados en los datos de que disponemos para nuestro análisis, observamos nuevamente que el camino casi nos viene marcado, hacemos mención en este caso a los registros relativos a los alumnos zurdos, porque en algunos casos son realmente escasos (bonito juego de palabras), y tendremos que analizarlos con ciertas lagunas en determinadas edades.

Hemos considerado para validar los resultados obtenidos, la información facilitada en la formación inicial por nuestras especialistas en lateralidad, referentes a que si bien la población zurda se cifra entre un 5% y un 30% del total, la normalidad se considera en torno al 10%, y este porcentaje es el que nosotros vamos a establecer como valor mínimo para comparar los resultados.

Dejamos así a un lado los registros de aquellos niveles en los que no aparece ningún alumno cuya mano dominante o hábil sea la izquierda, y los otros donde se recoge a un solo resultado, ya que no parece adecuado considerar, como sucedería en estos casos, que un único individuo representase a toda una población, ya que podría tratarse de un caso discorde.

Pasando entonces a los resultados, y centrándonos en la población donde la mano dominante es la izquierda, nos encontramos una primera conclusión que evidencian los datos, pudiendo así dictaminar que con las premisas anteriormente expuestas, y en todos los casos:

       En la población zurda, los hombres tienen más fuerza en la mano derecha, es decir, la no dominante, mientras que las mujeres tienen más fuerza en la mano hábil, es decir, en la izquierda.

Este gráfico muestra los valores en hombres zurdos:

No nos atrevemos a valorar los resultados por niveles, dados los escasos registros recogidos, y que sin lugar a duda nos llevarían a conclusiones posiblemente erróneas, al igual que en el caso de las mujeres que a continuación mostramos.

Analizando con mucha prudencia, nuevamente por la escasez de referencias de alumnos zurdos, comparativamente la fuerza en función de la mano dominante, nos aventuramos a pergueñar que, según nuestros registros:

       En los primeros niveles educativos, en el alumnado más joven, los hombres zurdos muestran niveles de fuerza superior en la mano izquierda que los diestros, mientras que sucede al contrario con la derecha, con valores inferiores, mientras que en el caso de las mujeres ocurre al revés, muestran niveles superiores a las diestras en la mano derecha, e inferiores en la mano izquierda, precisamente la dominante.

Inviertiéndose estos datos en ambos casos en el alumnado de los últimos niveles educativos, es decir, en los mayores, y en ambos sexos, tanto en chicos como en chicas.

Aunque como decimos, son inferencias que tenemos que tomar con todas las precauciones del mundo, dados los escasos registros contemplados en el estudio referentes a población zurda, frente a los amplios datos relativos a diestros, por lo que, en cualquier momento, la incorporación de algún valor podría alterar notoria y significativamente los valores estadísticos finales, por lo que las conclusiones cambiarían significativamente. Nosotros nos basamos en los datos recogidos de todo el alumnado del centro en el momento del estudio, en el último trimestre de 2022.

Por último, indicar en este primer análisis, que las diferencias encontradas en los niveles de fuerza, tanto de diestros como de zurdos, entre ambas manos, no es relevante, por lo que no consideramos que con los datos de que disponemos no podemos extraer conclusiones válidas al respecto.

Ficha técnica:

Alumnado participante:

Los 20 componentes de la asignatura de Actividad Física, Deporte y Ocio Activo de 2º de bachillerato A y B.

Profesorado implicado:

Catalina Fernández Ramos, Concepción González Carrasco, José Félix Pérez Linares, José María Gómez Valenzuela, Manuel Nieto Ramón y María Teresa Delgado Perón.

Objetivos de desarrollo sostenible:

3 Salud y bienestar, 4 Educación de calidad y 5 Igualdad de género.

Competencias clave:

Comunicación Lingüística, Competencia Digital, Sentido de la Iniciativa y Espíritu Emprendedor y Competencia Ciudadana.

Habilidades Blandas:

Trabajo en equipo y cooperación, Organización y planificación, Comunicación e Iniciativa, Orientación a resultados.